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ISBN: 978-84-126820-1-4
496 páginas
Tapa blanda, 14 x 21,5 cm
Los precios llevan incluido el IVA
«Cuando estás en una mesa y no ves al primo es porque el primo eres tú», decía siempre Camiz. El espadachín ya podría haberse aplicado el cuento para la ocasión.
Cuatro perdedores se ven envueltos en una carrera a contrarreloj para saldar una deuda imposible con un señor del crimen. Esta lucha desesperada por sus vidas les llevará a investigar la desaparición de un mago reconvertido en cocinero, vérselas con el retrato maldito de una gorgona y adentrarse en los dominios de un mago loco.
Cuatrodedos es una novela de aventuras chorrofantásticas y épicodelirantes, a medio camino entre el grimdark y la colorida parodia de las novelas de fantasía, ambientada en el mismo mundo que Grumo y Mosquito (ganadora del Premio Nacional a la Mejor Novela Autopublicada).
«Descubre un mundo de fantasía lleno de risas y aventuras protagonizadas por cuatro truhanes que de vez en cuando son astutos. Borja derrocha ingenio y humor para contaros una historia loca, divertida y muy bien hilada».
CONCEPCIÓN PEREA
«Simplemente, deliciosa. Cuatrodedos es la mezcla perfecta de aventura y chorrofantasía que, además, te abrirá el apetito».
MARIA LUCEA, Lectores Anónimos
Borja Alonso se define como el auténtico fracaso renacentista. Químico, cocinero, cartero, consumado director de rol y polifriki a jornada completa. Ha publicado en numerosas antologías y revistas, la mayoría de ellas de género. También es el autor de Grumo y Mosquito, una obra de teatro chorrofantástica que ganó el Premio Avenida. Cuatrodedos supone su debut como novelista, un delicioso delirio que enreda la fantasía, la cocina y la pintura con un grupo de ladrones la mar de idiotas.
Mira, mamá, salgo en YouTube.
Aquí un breve resumen de lo que fue la experiencia de participar en «Los libros, a las fábricas»
Me encanta la foto que han escogido como cabecera de mi visita a la fábrica de Mondelēz, con la iniciativa «Los libros, a las fábricas». Ilustra muy bien el ambiente que hubo durante la charla, después de una introducción en la que me puse algo dramático.
A mí que me registren.
